A partir de 1948 el derecho a la alimentación adquiere un papel sumamente importante ya que es incluido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esto quiere decir que, este derecho junto con otros de carácter políticos, económicos, sociales y culturales, forman parte de una serie de ideales comunes que todas las naciones y grupos humanos deben esforzarse por cumplir y respetar.

No obstante, este derecho va mucho más allá de garantizar a las personas cualquier tipo de comida, los alimentos que reciben las personas deben estar a su alcance económico, ser seguros, variados y de calidad, corresponder con su cultura y representar la cantidad necesaria de calorías, proteínas y nutrientes adecuados. Recordemos también que el Estado se encuentra en la obligación de crear un ambiente propicio en el que las personas puedan adecuarse los alimentos para ellos y sus familiares.

Se estima que más de 800 millones de personas en el mundo no disponen de los alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y nuestro continente es uno de los más afectados. La falta de alimentación no es una cuestión de carácter natural sino más bien producto de las desigualdades de todo tipo que imperan en el mundo. En el caso de Perú, existen innumerables familias y personas que no disponen de los recursos económicos necesarios para satisfacer este derecho fundamental.

Con la intención de contrarrestar lo anterior, y ser parte de la solución, desde hace ya unos cuantos años existen en nuestro país una serie de organizaciones benéficas, comedores populares y ollas comunes que como iniciativa ciudadana buscan prestar apoyo y atención alimentaria, de carácter temporal o permanente, a personas que atraviesan distintos estados de vulnerabilidad y no pueden suplirse una buena alimentación.

Para el año 2021 se habían registrado más de 2000 ollas comunes en toda la ciudad, para el beneficio de más de 200 mil personas. También es sabido, que a pesar de que las ollas comunes cuentan algunas veces con la ayuda del Estado y de otras organizaciones, enfrentan constantemente sus propias dificultades —falta de agua, electricidad, local, presupuesto, equipamiento, combustible, protocolos sanitarios, entre otros—.  

Desde Traperos Emaús Lima, estamos comprometidos con las ollas comunes y los comedores populares, ya que reconocemos el valor que este tipo de organizaciones tienen para nuestra sociedad, las cuales se han consolidado como espacios de solidaridad para hacer frente al alza constante de la canasta familiar y las desigualdades sociales que se acrecentaron en nuestro país a raíz de la pandemia. Tú también puedes ser parte de nuestros programas sociales que incluyen la donación mensual de alimentos a ollas comunes y comedores populares, solamente debes ponerte en contacto con nosotros.